Muchas veces mis alumnos me preguntan por mis lecturas primeras. Todavía recuerdo la emoción continuada en la lectura de Cien años de soledad, a los 16. Un no poder parar que me ha sucedido con algunos libros. Una lectura, en mi caso, de descubrimiento: había otras formas de contar, otras realidades mágicas que se abrazaban con la cotidianeidad.
Márquez me llevó a otro autores que, como él, me condujeron por nuevos caminos literarios: Borges, Cortázar, y tantos otros... Pero a él y a Cien años de soledad les debo esa emoción sostenida y primera, que ya no se dio de igual manera con ningún otro libro. Bienvenidos sean los homenajes y la celebración si acercan nuevos lectores a la buena literatura.
Larga vida a Gabo, y que cumpla cien.
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2 comentarios:
No lo disfruté tan joven pero casi, y también fue una de esas experiencias que marcaron mi vida. A mí me dio por devorar compulsivamente el resto de sus relatos hasta convertirme en una ciudadana más en ese imaginario compartido. Recuerdo que algunos compañeros se hacían una chuleta con los personajes para no perderse volviendo las páginas hacia atrás, se convirtió en una verdadera obsesión.
García Márquez ha entrado y salido de mi vida de forma intermitente, pero nunca la ha abandonado del todo. Me uno a tus buenos deseos en su aniversario.
Cien años de soledad tiene el gran mérito de haberse convertido en un clásico mucho antes de que muera su autor. Una vez leída la novela, todo nos parecen malas copias. El otro día vi 'Volver' de Almodóvar y me recordó a Macondo (y a Comala y a Santa María...). Es el poder de la literatura.
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