jueves, 18 de marzo de 2010

JULIO LLAMAZARES Y EL OFICIO DE ESCRIBIR


Yo pienso que todo lo que he escrito y todo lo que voy a escribir en mi vida es el primer verso de mi primer libro de poesía:
Nuestra quietud es dulce y azul y torturada en esta hora. Todo es tan lento como el pasar de un buey sobre la nieve.
Julio LLamazares



Era la primera vez que visitaba Castellón. Presentado por nuestro colega Rufino Pérez, asistimos a una tertulia literaria cordial, pausada, entretenida e intensa. La primera referencia que tuvo el autor de la ciudad de Castellón fue a través de su padre. Él le contaba que participó en la batalla de Espadán y también que desde El Grao vio por primera vez el mar.
Julio LLamazares, desde que tiene uso de razón, se recuerda escribiendo. Se crió en un pueblo minero de León, ambiente para él muy literario y repleto de fabulación: un pueblo en blanco y negro, de nieve y de entierro de mineros en la nieve.
Para hablar del oficio de escribir citó a Stephen Vizinczey: Yo no sé por qué escribo lo único que sé es que fui un gran mentiroso de niño.
Julio LLamazares hizo un elogio sobre la mentira como embrión de la imaginación. Está seguro de que la sociedad reprime sistemáticamente la mentira y sólo admite tres tipos de mentirosos: el niño, el loco y el novelista.
Su escritura viene de la necesidad de contar que siente desde la infancia, en palabras de Luis Mateo Díez, escribir es Contar y encantar contando.
Escribir, para Julio, es una forma de estar en el mundo; probablemente seguiría escribiendo por necesidad aunque no le publicaran.
Disertó sobre la literatura actual, la de los escaparates y habló de la mercantilización de los libros. Hay, en su opinión, libros bien escritos que no contienen ni un gramo de literatura.
La literatura es otra cosa, y está hecha para hacer pensar, hacer sentir o si no se convierte en todo lo contrario.

Es fundamental la mentira que sirve a la verdad y que además la sobrevive, así nombra a los personajes literarios que simbolizan los sueños de todo ser humano: don Quijote, don Juan, Otelo...

Nos gustó mucho la parte de la conferencia en la que habló de la relación entre el arte y la literatura, de ambas que dijo que aspiran a detener el tiempo para recuperarlo.
Ambas responden pues a una necesidad, a una pulsión propia del género humano. Utilizó esta idea para enlazarla con el libro del que se siente más satisfecho Escenas de cine mudo.
Escenas de cine mudo
es una reflexión sobre la memoria selectiva. Quería mostrar cómo inventamos cada vez que recordamos; la memoria es pues, maleable.
Habló del "ADN sentimental", cada uno de nosotros está marcado de por vida por cuatro o cinco hechos que suelen suceder durante la infancia. Así citó en su caso la primera vez que vio el mar, el primer amor, la primera vez que entró en una catedral...
La importancia del cine en LLamazares es innegable; sus dos grandes fábricas de sueños fueron el baile y el cine. Eran los dos momentos sublimes que recuerda en su pueblo, situado en un valle negro.
Las catedrales también le interesan, son las cajas negras de las ciudades, son libros de piedra que nos cuentan la historia de los pueblos, la importancia que tenían pues denotaban poder. Así habló de la maravilla de Roda de Isábena, ahora un pueblo de 20 habitantes; o de la de León, la suya, que habla de la grandeza de Castilla en su época.
A partir de esta atracción decide escribir un libro que hable sobre ellas, Las rosas de piedra. Lo hace visitándolas y pasando un día completo en cada una. Confiesa que todavía no ha visto a Dios y que además es agnóstico. Pero sí le maravilla el peso de la historia que emana de ellas y su belleza.

Nos gustó cómo trató la metáfora del éxito, simbolizada irónicamente en su novela El cielo de Madrid. En la década de los 80 le pidieron un artículo para la revista Lápiz. En definitiva quería señalar que el éxito está vacío, y que lo que de verdad importa en la vida, no se encuentra allí.

Nos habló también de Julio LLamazares-poeta; a pesar de que siente que la poesía le ha abandonado, considera que es el misterio que hace que la escritura se convierta en literatura.
Citó a José Ángel Valente para asociar la poesía con ese poso gris que queda después de la hoguera, la ceniza y el viento.
Julio LLamazares dice que tras ver una película, el mar, una catedral... poesía es la sensación que queda, que ha pasado ya a formar parte de ti.

A Julio LLamazares se le conoce como articulista, como narrador, como ensayista, escritor de guiones de cine, etc. Para nosotros es un auténtico poeta, pues su mirada, su forma de estar en el mundo y contarlo es la de uno de los mejores poetas contemporáneos que ha dado nuestro tiempo.
Aunque como Juan Rulfo, sólo haya publicado dos libros de poesía: La lentitud de los bueyes y Memoria de la nieve.

Sí, nos gusta Julio LLamazares, poeta.

Gracias por tus palabras, pausadas e intensas.


Crédito de la imagen

JAVIER GÓMEZ MONTERO: La poesía y la ciudad

Como os prometimos, aquí tenéis el vídeo de la conferencia que se celebró el día 19 de febrero en nuestro Instituto.
Mil gracias a Ana Ovando que nos ha resuelto, como siempre, los problemas técnicos.




Vídeo realizado por Ismael Murria.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Octavio Paz en la conferencia de Javier Gómez Montero


Javier Gómez Montero es catedrático de Literatura en Kiel (Alemania), en la Universidad de Christian-Albrechts-Universitat y también se dedica a traducir al alemán a autores españoles en el Seminario de Lenguas Románicas. Es también director del Centro de Estudios sobre el Renacimiento Español en su Contexto Europeo.



Javier Gómez Montero es una figura cosmopolita que trabaja en distintas universidades como traductor.

El poema Hablo de la ciudad de Octavio Paz se centra en el individuo en una gran ciudad con relaciones problemáticas: la ciudad como lugar antinatural con mucha contaminación, tráfico, el estrés de todos los días; y el lugar de emancipación, de realización de sueños, con un trabajo y una vida en familia. En general define la ciudad como el mundo que tenemos:


A Eliot Weinberger

novedad de hoy y ruina de pasado mañana, enterrada y resucitada cada día,
convivida en calles, plazas, autobuses, taxis,cines, teatros, bares, hoteles, palomares, catacumbas, la ciudad enorme que cabe en un cuarto de tres metros cuadrados inacabable como una galaxia, la ciudad que nos sueña a todos y que todos hacemos y deshacemos y rehacemos mientras soñamos, la ciudad que todos soñamos y que cambia sin cesar mientras la soñamos, la ciudad que despierta cada cien años y se mira en el espejo de una palabra y no se reconoce y otra vez se echa a dormir, la ciudad que brota de los párpados de la mujer que duerme a mi lado y se convierte, con sus monumentos y sus estatuas, sus historias y sus leyendas, en un manantial hecho de muchos ojos y cada ojo refleja el mismo paisaje detenido, antes de las escuelas y las prisiones, los alfabetos y los números, el altar y la ley: el río que es cuatro ríos, el huerto, el árbol, la Varona y el Varón vestidos de viento -volver, volver, ser otra vez arcilla, bañarse en esa luz, dormir bajo esas luminarias, flotar sobre las aguas del tiempo como la hoja llameante del arce que arrastra la corriente, volver, ¿estamos dormidos o despiertos? , estamos, nada más estamos, amanece, es temprano, estamos en la ciudad, no podemos salir de ella sin caer en otra, idéntica aunque sea distinta, hablo de la ciudad inmensa, realidad diaria hecha de dos palabras: los otros, y en cada uno de ellos hay un yo cercenado de un nosotros, un yo a la deriva, hablo de la ciudad construida por los muertos, habitada por sus tercos fantasmas, regida por su despótica memoria, la ciudad con la que hablo cuando no hablo con nadie y que ahora me dicta estas palabras insomnes, hablo de las torres, los puentes, los subterráneos, los hangares, maravillas y desastres, el Estado abstracto y sus policías concretos, sus pedagogos, sus carceleros, sus predicadores, las tiendas en donde hay de todo y gastamos todo y todo se vuelve humo, los mercados y sus pirámides de frutos, rotación de las cuatro estaciones, las reses en canal colgando de los garfios, las colinas de especias y las torres de frascos y conservas, todos los sabores y los colores, todos los olores y todas las materias, la marea de las voces -agua, metal, madera, barro-, el trajín, el regateo y el trapicheo desde el comienzo de los días, hablo de los edificios de cemento, vidrio y hierro, del gentío en los vestíbulos y portales, de los elevadores que suben y bajan como el mercurio en los termómetros, de los bancos y sus consejos de administración, de las fábricas y sus gerentes, de los obreros y sus máquinas incestuosas, hablo del desfile inmemorial de la prostitución por calles largas como el deseo y como el aburrimiento, del ir y venir de los autos, espejo de nuestros afanes, quehaceres y pasiones (¿por qué, para qué, hacia dónde?), de los hospitales siempre repletos y en los que siempre morimos solos, hablo de la penumbra de ciertas iglesias y de las llamas titubeantes de los cirios en los altares, tímidas lenguas con las que los desamparados hablan con los santos y con las vírgenes en un lenguaje ardiente y entrecortado, hablo de la cena bajo la luz tuerta en la mesa coja y los platos desportillados, de las tribus inocentes que acampan en los baldíos con sus mujeres y sus hijos, sus animales y sus espectros, de las ratas en el albañal y de los gorriones valientes que anidan en los alambres, en las cornisas y en los árboles martirizados, de los gatos contemplativos y de sus novelas libertinas a la luz de la luna, diosa cruel de las azoteas, de los perros errabundos, que son nuestros franciscanos y nuestros bhikkus, los perros que desentierran los huesos del sol, hablo del anacoreta y de la fraternidad de los libertarios, de la conjura de los justicieros y de la banda de los ladrones, de la conspiración de los iguales y de la sociedad de amigos del Crimen, del club de los suicidas y de Jack el Destripador, del Amigo de los Hombres, afilador de la guillotina, y de César, Delicia del Género Humano, hablo del barrio paralítico, el muro llagado, la fuente seca, la estatua pintarrajeada, hablo de los basureros del tamaño de una montaña y del sol taciturno que se filtra en el polumo, de los vidrios rotos y del desierto de chatarra, del crimen de anoche y del banquete del’ inmortal Trimalción, de la luna entre las antenas de la televisión y de una mariposa sobre un bote de inmundicias, hablo de madrugadas como. vuelo de garzas en la laguna y del sol de alas transparentes que se posa en los follajes de piedra de las iglesias y del gorjeo de la Vuelta luz en los tallos de vidrio de los palacios, hablo de algunos atardeceres al comienzo del otoño, cascadas de oro incorpóreo, transfiguración de este mundo, todo pierde cuerpo, todo se queda suspenso, la luz piensa y cada uno de nosotros se siente pensado por esa luz reflexiva, durante un largo instante el tiempo se disipa, somos aire otra vez, hablo del verano y de la noche pausada que crece en el horizonte como un monte de humo que poco a poco se desmorona y cae sobre nosotros como una ola, reconciliación de los elementos, la noche se ha tendido y su cuerpo es un río poderoso de pronto dormido, nos mecemos en el oleaje de su respiración, la hora es palpable, la podemos tocar como un fruto, han encendido las luces, arden las avenidas con el fulgor del deseo, en los parques la luz eléctrica atraviesa los follajes y cae sobre nosotros una llovizna verde y fosforescente que nos ilumina sin mojarnos, los árboles murmuran, nos dicen algo, hay calles en penumbra que son una insinuación sonriente, no sabemos adonde van, tal vez al embarcadero de las islas perdidas, hablo de las estrellas sobre las altas terrazas y de las figuras indescifrables que trazan en la piedra del cielo, hablo del chubasco rápido que azota los vidrios y humilla las arboledas, duró veinticinco minutos y ahora allá arriba hay agujeros azules y chorros de luz, el vapor sube del asfalto, los coches relucen, hay charcos donde navegan barcos de reflejos, hablo de nubes nómadas y de una música delgada que ilumina una habitación en un quinto piso y de un rumor de risas en mitad de la noche como agua remota que fluye entre raíces y yerbas, hablo del encuentro siempre esperado y siempre inesperado con nuestro oculto destino: amor o muerte, hablo de nuestra historia pública y de nuestra historia secreta, la tuya y la mía, hablo de la selva de piedra, el desierto del profeta, el hormiguero de almas, la congregación de tribus, la casa de los espejos, el laberinto de ecos, hablo del gran rumor que viene del fondo de los tiempos, murmullo incoherente de naciones que se juntan o dispersan, rodar de multitudes y sus armas como peñascos que se despeñan, sordo sonar de huesos cayendo en el hoyo de la historia, hablo de la ciudad, pastora de siglos, madre que nos engendra y nos devora, nos inventa y nos olvida.



Los poetas y los escritores ven a la ciudad como una persona viva, cambiante; ésta es una de sus aportaciones más interesantes.

Los poetas van más allá de los discursos sociales, económicos y antropológicos. Los escritores van describiendo la memoria de esa ciudad ya que la consideran madre de muchos siglos con recuerdos.



Según Gómez Montero, para ser traductor tienes que ser primero poeta. Hay traducciones técnicas pero la mayoría de los traductores, antes de traducir una obra, han leído muchos libros y dominan tanto su idioma como el idioma de la obra a traducir.

Cualquier traductor en sus trabajos introduce su punto de vista personal. Nos dijo que también era importante adquirir experiencia mediante las vivencias.


Desde mi punto de vista la conferencia estuvo muy bien. Gómez Montero adecuó su lenguaje a personas de bachiller y nos transmitió bien sus opiniones. Muy interesante fue cuando habló sobre cómo le influyen a la hora de escribir las ciudades por las que ha estado. Destacaría de él que como traductor además de dominar varios idiomas, demuestra tener un conocimiento profundo de las costumbres y cultura de los países en se hablan esas lenguas. Eso beneficia con seguridad a sus libros.

Por último, quería destacar unas palabras que dijo:


antes de ser traductor, tienes que ser poeta.


Encuentro interesante esta idea porque la tarea de un traductor además de traducir conlleva una labor de interpretación dificil, de reinterpretación y recreación que se ha de transmitir, que ha de llegar al lector.


Andrea Ríos es alumna de 2ºBachiller-B


Gracias Andrea por enviarnos tu reseña.


martes, 2 de marzo de 2010

VIAJAR A TRAVÉS DE LA LITERATURA Y DE LA IMAGINACIÓN GRACIAS A JAVIER GÓMEZ MONTERO




Raquel Valencia nos envía su reseña sobre la conferencia de Javier Gómez Montero:

Catedrático de Literatura en la universidad de Kiel (Alemania) que traduce al alemán autores españoles. Javier Gómez Montero eligió los siguientes poemas para ilustrar el tema de la conferencia: Hablo de la ciudad (Octavio Paz), “Mi poesía (José Martí), “Vuelta de paseo” (Federico García Lorca), “Cantando in Jiddish” ( José Hierro), Preludio, etc.


En el poema Hablo de la ciudad”, la ciudad señala la posición del individuo dentro de ese monstruo e infierno. La ciudad se la puede considerar como algo negativo o positivo (el cielo).

La relación que hay entre el individuo y la ciudad es problemática. Éste es un lugar antinatural, puesto que ha destruido la naturaleza. Es el único mundo que tenemos y siempre está en continuo movimiento y cambio.

Los escritores son capaces de ir más allá de los discursos sociales, económicos y antropológicos.

A la ciudad la podemos ver como una persona. Tiene una memoria y los individuos van descubriéndola (el tema interesado es el trauma).


A continuación Javier Gómez nos muestra una presentación de imágenes que ilustrarán su exposición.

En la imagen de México se ve todo el polumo que cubre el país (una mezcla de polución y humo). Se la considera una ciudad monstruo donde existen alrededor de 20.000.000 habitantes.

En el S. XIX se populariza la descripción literaria y la ciudad es considerada de dos formas. Encuentran la belleza en la modernidad, pero así también la fealdad. Existe una clara contradicción de pensamiento.

Nueva York (Megalópolis S.XX) está mejor estructurada que México. Formada por calles amplias y éstas limitadas por ríos.

A través del “Miting Building” surge el Mito de la ciudad. El concepto de belleza es el cristal y el hierro (nuevos materiales).

Federico García Lorca se pierde en Nueva York durante ocho meses donde realiza sus estudios. Es una etapa muy deprimente que queda reflejada en el libro de poemas que escribe:

Poeta en Nueva York


En aquel entonces el cine y el deporte son los dos grandes medios de ocio de la ciudad.




Interpretación del dibujo de F. García Lorca de Nueva York:

Es una imagen que transmite mucho pesimismo. La persona que aparece en ésta tiene una máscara totalmente deformada. Los animales están dispersos y con formas irregulares.

Se observa que por los tejados se acerca un monstruo que es la alegoría de la muerte. Las plantas están completamente secas transmitiendo tristeza y muerte.

En Nueva York el mito pasa a la poesía hispánica. La primera visión del poeta cubano Octavio Paz (1985) donde la ciudad va a suplantar a la naturaleza.

La obra “Vuelta de paseo” (1929, Federico García Lorca) tiene una serie de elementos figurativos que aparecen distorsionados.

El tema central es la pérdida de identidad de la persona y de la ciudad. Hay una negación de sí mismo, una autopercepción. Máscara vacía de individualización.


La destrucción del campo artificial es creada por el hombre. El placer y el dinero es lo que determina al hombre en la ciudad.

El objetivo del individuo es buscar sentidos a las incógnitas de la ciudad (visión simbólica) para reconstruir un lenguaje para sí mismo.


En la obra Cantando in Jiddisch (1998, José Hierro) el poeta trata de escuchar y adivinar el lenguaje de esa plaza.

En la obra Preludio, la lectura nos comunica que el poeta es capaz de entender el lenguaje de la ciudad, de las galerías. Es un lenguaje de muerte y no puede entender el lenguaje Babel (ciudad). Un exceso de lenguas conduce a la incomunicación, y de esa frustración surge la metáfora de “El grado 0 de la escritura”.


Por último, Javier Gómez Montero explica el poema Life vest under your seat, escrito por Luís García Montero. Existen varias voces como son: la del poeta, la alumna, el altavoz en el avión, etc. Es una estrategia de redención para el individuo. Hay una situación del “yo” donde el poeta se da una identidad virtual. El “yo” es capaz de reintegrarse mediante una estrategia lúdica. La conciencia es capaz de semantizar. Le da sentido a la ciudad mediante experiencias vividas. Existen así también otras estrategias como las culturales.


Javier Gómez Montero nos contó que creó un proyecto en la Universidad de Kiel, que consistía en recibir a dieciocho autores castellanos. Fueron buscando poemas con el tema de la ciudad con traducción alemana y poco a poco así ir profesionalizándose mediante trabajos, talleres… con unos objetivos en concreto.

Tras la experiencia vivida, este distinguido catedrático de la Literatura dice que hay que dominar el propio idioma y ser un buen lector para luego traducir. La traducción es creación y cada registro tiene sus características con sus requisitos.

La novela utiliza el lenguaje más fluido. La literatura es la articulación artística del lenguaje. En la traducción piensa que se ha de mantener fidelidad sobre todo en el impacto que provoca.

Los métodos que utiliza son: traducción colectiva, la traducción revisada y la traducción reservada.

A continuación se abrió el coloquio del que destacaría las siguientes cuestiones:

¿Qué tipo de relación tiene su estancia en Alemania con el trabajo?

El autor se fue a los dieciocho años a Alemania a estudiar. Acabó la carrera y consiguió una beca y luego le ofrecieron hacer una tesis doctoral que aceptó sin duda alguna. Ya desde el año 77 tuvo una gran atracción hacia el pensamiento, lengua, país y costumbres alemanas.

¿Cuál es la obra que más le ha llenado traducir?

La obra que más le ha llenado ha sido la del autor Ovidio.El sistema alemán era muy duro y no se aceptaban traducciones con diccionarios. Así que tradujo sin diccionario las Metamorfosis (quince libros) de este autor con tan solo veinte años. Experiencia que sin duda le marcó para toda la vida.


Por mi parte decir que ha sido un gran honor recibir a Javier Gómez Montero en nuestro instituto I.E.S Violant de Casalduch ya que un catedrático de tan alto prestigio no se recibe todos los días. Desde mi punto de vista la conferencia fue muy interesante porque nosotros, los alumnos, hemos sido capaces de viajar por las ciudades a través de la literatura y de la imaginación. Me ha resultado especialmente agradable la interpretación que se ha dado de la imagen de Nueva York, dibujo de Federico García Lorca. Una imagen un tanto curiosa y única.


Raquel Valencia es alumna de 2ºBachiller-B.


Gracias por tu contribución a este espacio.