Nos ha dejado un hombre sencillo, José Antonio Labordeta. En esencia, poeta y profesor, nos ha dado alguna que otra lección de humildad a lo largo de su intensa vida. Nos ha gustado mucho la carta que publica hoy El País firmada por José Luis Rodríguez Zapatero; una carta sincera y que evoca bastante bien la figura de este autor tan polifacético.
Quizá el hermoso poema al que hace referencia en la carta sea el siguiente:
LOS DÍAS HUIDOS
Los alumnos me saludan
con la dulce nostalgia
de los días huidos
y, con melancolía,
me recitan, en los largos pasillos,
los versos de Vallejo cuando era domingo
en las claras orejas de su burro.
Luego cantamos canciones de despedida
y se van como la lenta tarde de este sábado
lleno de sol y de infinitos rostros anublados
de aquellos muchachos y muchachas
que se amontonan lentos
en el fulgor impertinente de toda la memoria
inacabada.
Nos queda su palabra y la música.
No sólo llora Aragón.
Miguel Ríos recita un poema de Labordeta.
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