Queremos recordar, a propósito del día 8 de marzo, a S.Juana Inés de la Cruz y a Clara Janés. La primera asombró por su precocidad, siendo niña exige "ir a la Universidad" y escribe poemas. Es autodidacta y va adquiriendo una inmensa cultura. A los 18 se hace monja, renunciando al matrimonio, para garantizar su independencia. Se entregará a su gran pasión: el estudio, el saber, la poesía. Es censurada y sufre los reproches de sus superiores, no olvidemos que es una mujer del siglo XVII. En su lucha personal, sigue contracorriente y llega a reunir una gran biblioteca. A los 40 años venderá sus libros y repartirá el dinero entre los pobres. Poco después muere. Nos sorprende, situándonos en su tiempo, su convencimiento acerca de la defensa de la condición femenina. Eligió para ello el único camino que saciaría su sed de cultura y que a la vez le ayudó a crecer como persona.
Clara Janés visitó nuestro Instituto hace algunos años. Ella hablaba de sí misma como una mujer luchadora y valiente. De niña, y gracias a la gran biblioteca de su casa, fue adquiriendo una gran cultura. Se recordaba como una niña rebelde y aventurera, aunque fuera a través de la imaginación o de la mirada hacia el mar. También nos habló de sus viajes, y de cómo recordaba la expresión de la represión en las mujeres con "burka", de su diálogo con ellas llegó a algunas conclusiones, entre ellas , que la condición femenina seguía siendo una reivindicación, y que cuando ellas se reunían eran libres y felices en su pensamiento, en el silencio y en el canto...
Terminaremos con unos versos de Clara de su libro Paralajes que nos transmiten su fuerza y su energía vital.
Corro y la luna me sigue.
¿Soy un imán tan fuerte como la noche
que la sostiene?
Y si mi hermana corre,
¿va también a su zaga?
Saltaremos juntas
y la alcanzaremos
con el arco de la comba,
entraremos las tres en el juego.
(...)
jueves, 8 de marzo de 2007
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2 comentarios:
Acabo de entrar por primera vez (la magia de la primera vez...) en tu blog. Y espero que esto no sea más que un principio. Prometo en lo sucesivo leerte y hacerte algún comentario. Es bueno recordar que entre los humanos hay personas ciertamente peculiares. Personas que nos eneñan caminos. O nos desvelan inquietudes. Y que, en fin, nos incitan a vivir. Hablé con Clara, y quedé fascinado por sus ansias de vivir. Por su afán de mirar hacia delante y ver más allá (en sentido literal) de la vida, y responder a estas visiones con una sonrisa. Me ha encantado recordar a aquella mujer. Gracias, Gemma.
Ha sido un gustazo descubrir tu espacio literario. Llegué aquí buscando a la Monja jerónima, nuestra Juana de Asbaje.
Saludos...
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