Como Ulises, Julia Barella ha llegado a nosotros tras un viaje iniciático: las Islas, el desierto, las grutas bajo el agua... Escenarios de un viaje interior, en ocasiones doloroso. Allí los bodegones, la mirada hacia el detalle, donde pintura y poesía una vez más se identifican; donde la palabra se dirige hacia lo irreal, lo visionario, también hacia lo cotidiano.
Más adelante hemos visto a las mujeres supervivientes, protagonistas en La edad de los fantasmas.
Ella, como ave fénix, resurge y es voz simbólica de todas ellas. Voz simbólica, poética, metáfora de la mujer renovada, dueña ya de su tiempo.
Julia ha sido bienvenida a esta isla de poesía, como otros grandes poetas que también estuvieron entre nosotros.
Hemos escuchado su canto, como Circe que nos invita a la transformación y que nos seduce a través de la palabra.
Antonio Gamoneda decía -con motivo de la entrega del premio Aula de las metáforas al programa de RNE “La estación azul”-, que la poesía no va a transformar el mundo, pero sí intensifica las conciencias.
Estamos totalmente de acuerdo con él en que la poesía es una necesidad cultural y social que puede y proporciona grandes dimensiones a ese acto individual y solitario que es la lectura. Dimensión, me atrevería a decir, universal, pues universal es su lenguaje, un lenguaje que no conoce fronteras.
Muchas gracias a todos por acompañarnos en este día feliz.
En breve publicaremos la presentación de Irene Costa, entrevistas, vídeos, reseñas de alumnos etc. En la página del Instituto podéis ver las primeras fotografías (gracias también a nuestra queridísima Ana Ovando).
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